El fin de semana pasado, precisamente el 9 de julio, un grupo de manifestantes se autoconvocaron en distintas partes del país con una consigna algo difusa, que iba desde los anti cuarentena, hasta los que exigían libertad de expresión o justicia.
Y qué irónico que, durante una marcha que supuestamente representaba la libertad de expresión, la república y la democracia, ocurran hechos como los que sufrieron los periodistas de C5N, que tuvieron que alejarse del lugar debido al brutal ataque y censura que sufrieron. El suceso quedó grabado por las cámaras del móvil, y se puede ver como los ataques verbales comenzaron hasta que la violencia ascendió hasta terminar con vidrios rotos y golpes en la camioneta del canal. Al grito de “¡van a empezar a tener miedo, hijos de puta!, agredieron físicamente a los periodistas, mientras que otros trabajadores de distintos canales tuvieron que crear un cordón humano para el móvil pueda irse del lugar. Estos ataques a la libertad de expresión son a los que nos referimos cuando hablamos de odio y violencia hacia un sector del país.
Aquellos quienes practican estos actos de rencor jamás tuvieron que cuidarse por pensar diferente, no fueron reprimidos por policías, no fueron perseguidos por redes sociales, tampoco fueron detenidos por defender sus derechos. Son la cosecha de odio sembrado durante muchos años, y si no cortamos este ciclo, cosas así seguirán pasando. Tenemos que repudiar firmemente estos hechos, porque el ataque al periodismo es siempre un ataque a la democracia. Es por eso que debemos pelear contra las calumnias de oposición que lo único que hacen es seguir alimentando el odio. No debemos permitir que sectores que ejercer la violencia se adueñen de las palabras “libertad”, “democracia” y “república”.
Por Agustina Véliz
Juventud Peronista - Bariloche
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