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Sin soluciones por la baja de un trabajador de la sala Dengün Piuké.

Lxs jóvenes de la sala de ensayo se manifestaron en una jornada artística, en la plaza de los pañuelos, para pedir por la reincorporación del trabajador cesanteado y por la mejora de las condiciones del funcionamiento del espacio. Ante el reclamo, el municipio no cedió en su postura y mantiene la decisión de no renovar el contrato.

El sábado estalló el conflicto en la sala comunitaria de ensayo Dengün Piuké al conocerse la decisión de la municipalidad -más concretamente del área de Desarrollo Social- de no renovar el contrato al trabajador técnico Fabián Carabajal, que se desempeña en el espacio hace más de 6 años.

Lxs jóvenes artistas que participan del espacio se organizaron y autoconvocaron a una reunión ese mismo día, en la que decidieron realizar una jornada artística de protesta en frente del Centro Cívico el pasado lunes desde las 11h.

En diálogo con Lucas Acara y Erica Brant, pertenecientes a la sala, declararon que “estamos haciendo un reclamo en contra de la toma de decisiones por parte de la Municipalidad, a causa del cese de contrato de un compañero de manera injustificada, pero también por las promesas, siempre orales y nunca escritas, sobre las reparaciones, mejoras del espacio que nunca llegan y del cual nos estamos haciendo cargo nosotros”.

El conflicto va más allá del cese de contrato del trabajador: “Nosotros no creemos que sea algo aislado lo que está sucediendo en la sala. Ya hemos tenido reducción de personal y cada vez hay menos horas disponibles, más allá de la pandemia que estuvo por medio. Nos tenemos que hacer cargo de un montón de situaciones. Elevamos cartas y notas pidiendo un merendero, pidiendo recursos, pidiendo por la situación de Fabián con anterioridad porque teníamos miedo de que pase esto. Estando en una reunión con el personal de la sala estábamos llegando a un acuerdo, de esto tenemos pruebas, y de repente nos informan que Fabián había sido dado de baja. (Lo que queremos es) que se respete nuestra decisión, que se nos tenga en cuenta. Se están atropellando todos estos derechos, todas estas opiniones. Nosotros estamos capacitándonos con docentes, personas ya recibidas dentro del ámbito artístico y sabemos qué cosas se necesitan dentro de la sala. Una de estas es Fabián Carabajal por las cosas que él hace dentro de ese espacio, por todo el tiempo invertido que él puso dentro de este lugar. No sólo su equipo, no sólo su predisposición, sino también horas extras, contención, una didáctica muy buena a la hora de enseñarnos. La verdad que nosotros no queremos que una persona así se vaya, no queremos que venga otra persona que no sepa nada del espacio, que no conozca a los pibes.”.

Claramente, el trabajador cesanteado representaba mucho más que sólo un aporte técnico para lxs jóvenes que concurren al lugar. Lo mencionan como una de las “pocas personas que nos representa dentro de la sala”. Pedro Guillén, otra persona perteneciente al espacio, nos comentaba que F. Carabajal cumplía en su trabajo más funciones de las que le correspondían por contrato, y brindaba asistencia social a lxs jóvenes, que muchas veces atraviesan situaciones difíciles ya sea por motivos económicos, sociales, por consumo de sustancias o en graves contextos de violencia.

Aparentemente su posicionamiento político, contrario a la gestión de JSRN y al manejo del arte y cultura en la ciudad, y su forma de plantear discusiones para con las políticas que se aplican en el espacio desencadenaron una ruptura desde hace mucho tiempo con quienes toman las decisiones en Dengün Piuké.

El Jefe de Gabinete, Marcos Barberis, la subsecretaria de políticas sociales Paula Barberis y una empleada de planta permanente, Lorena Fussi, mantuvieron una reunión con algunxs de lxs artistas pertenecientes a la sala. Una reunión marcada por la tensión, la falta de voluntad para rectificar la postura y la indiferencia ante los reclamos.

Desde el municipio, toman como argumento el uso de equipo de sonido de la sala sin autorización para la realización de un festival en el skatepark a fines de noviembre; festival que aparentemente tampoco poseía autorización alguna. Sin embargo, existen capturas de pantalla en donde el trabajador es autorizado por una funcionaria municipal a utilizar el equipo, y lxs jóvenes del espacio sostienen que, vía WhatsApp, se les autorizó informalmente a realizar el festival. Además, lxs propixs funcionarixs sostuvieron versiones alternativas, por lo que este episodio no se ha aclarado.

Más allá de ello, lxs pibxs expusieron sus razones para pedir la reincorporación de Fabián Carabajal, hablando del respeto y el compromiso social con la cultura, con lxs propixs jóvenes, con el desarrollo de sus vidas personales y por toda la ayuda que fue brindada por este trabajador, que va muchísimo más allá de un aporte técnico. M. Barberis finalizó la reunión diciendo que “vamos a conversarlo, pero hoy la decisión es esta”.

Más tarde, en diálogo con Paola Jade, de la sala de ensayo, nos dijo sentir que la reunión “fue un ‘como si’. ‘Bueno, sí, les aceptamos la reunión, vengan’ pero no cambió absolutamente nada. Ni siquiera dijeron que lo iban a pensar, a transmitir todo esto que nos están diciendo. No. La verdad que muy cerrados, la decisión ya está tomada y aparentemente no hay vuelta atrás.”

Sostuvo que “de hecho, cuando les pedimos explicaciones acerca del informe negativo, según ellos, que había de Fabián, no nos quisieron decir nada. Nos dijeron que a nosotros no nos incumbía. Que ellos no tenían por qué pasarnos a nosotros esa información.” También se mostró sorprendida en cuanto a las contradicciones acerca del festival de fines de noviembre: “ellos en ningún momento dijeron ‘bueno sí, alguien se equivocó’. Le echan toda la responsabilidad a Fabián como si fuera el que decidió realmente ir a hacer ese sonido cuando todos sabemos que no es así.”

Todxs lxs artistas de la sala con lxs que dialogamos expresaron su preocupación respecto al devenir laboral de esta persona. Con 50 años y una lesión física, sumado al contexto de pandemia, sostienen que será muy difícil para él mantenerse a flote.

Sumado a la situación laboral de esta persona, es claro el descontento con el manejo del espacio en la gestión de JSRN. Según Gabriel Cellone, “las decisiones vienen muchas veces de arriba y no se les da el lugar que se les tiene que dar a lxs pibxs que hoy estamos reclamando y que queremos y vamos a conseguir.”.

En el pasado 2020, “pudimos seguir ensayando, los talleristas insistieron en que se abra la sala por lo menos para dar los talleres que eran con un cupo limitado de personas, siguiendo todos los protocolos de distanciamiento y de higiene. Eso lo logramos. Recuperar los horarios de ensayos, no. Nosotros tuvimos que proponer el protocolo y llevar las propuestas a la Municipalidad de cómo podía funcionar, los horarios de ensayo y todo.”. Preocupante es la afirmación acerca de la falta de elementos de higiene, desinfección y limpieza para lxs jóvenes, que tuvieron que pagarlos de su propio bolsillo.

En resumen, la ausencia de recursos, el alejamiento de lxs funcionarixs de la realidad que atraviesan lxs jóvenes artistas y los conflictos políticos entre lxs trabajadorxs y la planta política provocaron que se destape esta problemática que de nueva no tiene nada. El despido de ‘Fabi’, como lo conocen lxs pibxs, fue la gota que rebalsó el vaso. Estos últimos se seguirán organizando para traerlo de regreso a la sala, y para mejorar las condiciones del lugar que les da contención. Ganas sobran, lo que falta es voluntad política.


Por Agustina Véliz y Guillermo V. Navarro.

Imágenes de Guillermo V. Navarro y Cristian Ascencio.

Dardo Cabo - Colectivo de medios.

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