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La necesidad del impuesto a las grandes riquezas.

La crisis económica que ha desencadenado la pandemia -no la cuarentena- comenzó a desatar y recrudecer las desigualdades preexistentes. Los Estados más firmes fueron y son los que mayor capacidad de sostén y acompañamiento tienen para con los sectores más vulnerables. Es por lo que surge la pregunta: ¿quiénes pagan la crisis? ¿Cómo se financia el Estado?

Aquí, el Gobierno Nacional ha establecido una serie de medidas destinadas a mitigar el impacto económico en la sociedad; medidas que han implicado un gran esfuerzo conjunto para proteger a les trabajadores, a les empresaries y a los sectores más desprotegidos, como la prohibición de despidos y suspensiones, la prohibición del aumento de precios, el lanzamiento del programa Argentina Construye, la línea de apoyo económico para clubes, el acompañamiento a las empresas aportando el 50% de los sueldos a quienes lo soliciten, los refuerzos en la tarjeta Alimentar y en las AUH, así como en las jubilaciones, y el plan más emblemático de la pandemia: el Ingreso Familiar de Emergencia o IFE. Este último implica una inversión de casi de noventa mil millones de pesos, y ha logrado que entre 2,7 y 4,5 millones de argentinos no cayeran en la indigencia gracias a este ingreso.

La necesidad de financiar estas medidas económicas y tener la seguridad de que el Estado pueda seguir acompañando a estas personas es imperativa. En esa línea, desde el Frente de Todes se comenzó a elaborar un proyecto para gravar los patrimonios que superen los 200 millones de pesos. Así, se lograría recaudar el equivalente a 3 000 millones de dólares (unos 200 mil millones de pesos argentinos).

En todo el mundo, se están planteando propuestas muy similares con relación a cómo se financia esta crisis. El Financial Times, uno de los principales periódicos financieros, ya ha advertido que la discusión sobre los impuestos a la renta y a la riqueza tendrá que estar presente. Algo similar ha recomendado incluso el propio FMI.

En muchos países de América y Europa (España, Italia, Reino Unido, Suiza, Rusia, Brasil, Perú, Bolivia, Chile y Ecuador, entre otros) se están presentando proyectos similares, que de forma similar aplicarían un pequeño porcentaje a los patrimonios que superen un tope establecido.

El proyecto aquí presentado, que sería por una sola vez, aún continúa en tratamiento en el congreso, buscando acuerdos políticos -se necesitan 129 votos positivos y el FDT cuenta con 118 integrantes-, por lo que hay que negociar con otros sectores. Este impuesto podría financiar programas importantísimos como los que se mencionaron arriba.

Es por todo esto que debemos acompañar con toda convicción el proyecto y trabajar para que, incluso luego de esta crisis, el impuesto a las grandes riquezas sea regular y no por única vez. Es hora de reducir las brechas de igualdad que existen y que en este país son muy profundas. Es hora de poner a la Argentina de pie, y este es el camino para lograrlo.

Por Guillermo V. Navarro

Juventud Peronista – Bariloche

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