Ya han pasado 2 años desde aquella jornada histórica, donde estuvimos tan cerca de lograr que el aborto sea legal, seguro y gratuito. Entre carteles y banderas verdes, nos abrazamos entre todas durante una vigilia cargada de esperanza. A pesar de no conseguir los resultados por los que militamos durante tanto tiempo, logramos una unidad en la lucha pocas veces vista. Ganamos en las calles y pudimos dejar en claro nuestra postura como mujeres y cuerpos gestantes, alzando la voz fuerte y alto, dando a conocer que al aborto clandestino no volvemos más.
730 días pasaron, y las problemáticas siguen como el primer día. La criminalización de la interrupción voluntaria del embarazo sigue condenando a miles de mujeres en todo el país a someterse a prácticas inseguras y verse expuestas a un castigo penal por elegir sobre su cuerpo. Es necesario destacar que esta problemática no sólo afecta a mujeres, sino también a niñas que se ven obligadas, ya sea por un Estado opresor, por una religión, o por una familia retrógrada, a continuar con un embarazo y arruinando así su infancia, y forzadas a ser madres, con todo lo que ello conlleva en una persona que no está lista o no desea serlo.
Queremos y exigimos que el Congreso este año sancione la ley, que no deje para el final una causa tan importante para millones de mujeres, que corresponde además a salud pública y de derechos humanos. No queremos seguir padeciendo la persecución y la condena judicial y social. Desde nuestro espacio, escuchamos los dichos del presidente de la Nación Alberto Fernández, que expresó su compromiso con el Proyecto, y esperamos que así sea. Sin embargo, insistimos y planteamos nuestro deseo de que dicho Proyecto sea el de la Campaña, ya que arrastra consigo una lucha histórica, que nos trasciende desde todos los ángulos.
A pesar de que este año no podremos seguir la lucha en las calles, seguiremos desde cada rincón del país peleando, levantando nuestros pañuelos verdes y acompañando la decisión de cada mujer, niña y cuerpo gestante. Este 2020, #SERÁLEY.
Por Agustina Véliz
Juventud Peronista - Bariloche
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